La universidad puede que sea uno de los cambios más importantes en la vida de una persona, sobre todo si es la primera vez que sales de casa. Es el primer momento en el que realmente vas a manejar tu vida y a empezar a tomar tú mismo las decisiones que van a marcar en gran medida tu vida futura. Y no hablo de estudiar, eso es algo tan lógico que no hace falta ni decirlo, hablo de vivir. Quien diga que a la universidad se va solo a estudiar no sabe realmente lo que es la vida universitaria.
Y es que la propia palabra lo dice, tienes un “universo” de posibilidades por delante. La universidad es un nuevo comienzo en el que te vas a encontrar con muchas personas y vas a poder hacer tantas cosas que vas a sudar sangre para elegir cuales hacer, sin ir más lejos en mis primeros dos años me enrole en teatro, en varios equipos de deportes diferentes, en clases de literatura, en clases de historia del arte, en talleres de cultura de todo tipo… es que la lista es interminable. De lo único que me arrepiento es de no
haber hecho más cosas todavía.
Y cuando digo que la universidad no es estudiar no lo digo por esto y por la jarana, lo digo por cómo funciona el mundo. Ya no se valora a las personas por tener un título de grado o una diplomatura, vivimos en la era de las competencias, es decir, lo que importa es ser capaz de adaptarse, de ser todoterreno y de tener esa resiliencia que te ayude a enfrentarte a cualquier circunstancia. Ya no se trata de quien sabe más sino de quien es
capaz de saber, quien es capaz de hacer, y,sobre todo, quien se atreve a saber o a hacer. ¡Es la era de las/los valientes!
Es por ello por lo que creo que romper las barreras y salir de la zona de confort es lo mejor que puedes hacer, una apuesta en cursar en una universidad en el extranjero te brinda esa posibilidad y hoy no dudaría en cogerla. Fíjense en lo que estamos viviendo en estos días en este mundo globalizado y díganme si no necesitamos más personas valientes. En un mercado laboral en el que se valoran las competencias los aportes que
te puede dar el haberte enfrentado a la vida universitaria en el extranjero son tales que casi cualquier inconveniente se hace minúsculo.
La universidad no sirve solo para aprender a curar una cardiopatía o a legislar en un parlamento, la universidad debe verse por lo que realmente lo hace valiosa, desde una perspectiva holística en la que aprendemos a ser personas.
Hoy en 2020 y a pesar de la crisis sanitaria mundial que estamos viviendo yo tengo claro lo que bajo mi experiencia personal aconsejaría:
«Sal fuera y estudia en una Universidad en el Extranjero«
¿Eres uno/a valiente?
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